UNA MALA TARDE
Torrons Vicens CB L’Hospitalet-98 ;Ametx Zornotza-71 Parciales: 30-23, 20-17 (50-40); 23-15 (73-55), 25-16 (98-71) En esta undécima jornada nos tocaba visitar a un histórico como es el Club Bàsquet L’Hospitalet (nacido en 1929, ganador de la Copa en 1940 y uno de los «padres fundadores» de la ACB en 1983, además de cantera de innumerables […]
Torrons Vicens CB L’Hospitalet-98 ;Ametx Zornotza-71
Parciales: 30-23, 20-17 (50-40); 23-15 (73-55), 25-16 (98-71)
En esta undécima jornada nos tocaba visitar a un histórico como es el Club Bàsquet L’Hospitalet (nacido en 1929, ganador de la Copa en 1940 y uno de los «padres fundadores» de la ACB en 1983, además de cantera de innumerables figuras), hoy con la denominación comercial de Torrons Vicens. Llegábamos a las orillas del Llobregat con la ausencia del máximo anotador de la categoría, Greg Gantt, que nos dejaba esta pasada semana para saltar de la Plata al Oro y ejercer de prestidigitador del tiro en el Magia de Huesca. Una baja importante, pero este equipo ya ha demostrado que no depende de un solo sujeto para alcanzar grandes logros, así que manteníamos intacta la esperanza de poder volver con una victoria del Nou Pavelló del Centre.
Sin embargo, vencer hoy ha resultado misión imposible por dos razones: ellos lo han hecho muy bien y nosotros muy mal. ¿Qué ha desequilibrado más la balanza, sus aciertos o nuestros errores? Concedamos al rival el mérito, porque lo han bordado a lo largo de los cuarenta minutos y nos han desarbolado por completo, sobre todo en la segunda mitad. Aunque también es cierto que les hemos dado facilidades, que nos ha faltado chispa desde el principio, y luego ya, según corrían los minutos, con cada golpe que nos iban asestando, nuestra moral iba decayendo, más y más, hasta acabar como hemos acabado, apalizados.
Desde el salto inicial los locales han demostrado que hoy era su gran día, que lo iban a anotar todo, que veían el aro del tamaño de una piscina. Su recital comenzaba ya e iba a ser liderado por otro apellido histórico, el de Edgar San Epifanio, Epi, hijo de Juan Antonio, Super Epi, y por lo que se ve, lo de anotar se lleva en los genes. Claro no iba a ser un concierto en solitario, a Epi le iban a acompañar de maravilla y sin desafinar el resto de compañeros, con un Manny Ogunfolu, recién llegado de Cambados, brillante, pero igualmente entonados estaban Gabri Díaz, Dani García, Edu Arqués, Javi Rodríguez y el resto de la plantilla dirigida por Jorge Tarragona.
Para cuando nos queremos dar cuenta ya estamos diez abajo, 20-10, pero evitamos la escapada local con un 0-7. El ritmo anotador del Hospi es difícil de seguir, pero en el primer cuarto los chicos de Garita aguantan la embestida e incluso contestan con canastas protagonizadas por diferentes jugadores verdes. 30-23 finaliza el cuarto y, pese a ir por debajo, creíamos en poder remontar porque en otras ocasiones, con anotación elevada como hoy, hemos sabido manejarnos bien y sacar provecho.
En el segundo cuarto -en el que Garita ha jugado con los dos bases (Juanchi Orellano y Dani de la Rúa) a la vez en algunos momentos y en otros con Iker Salazar como director- siguen atinando desde el exterior los locales, pero afortunadamente fallan algunas bandejas sencillas y eso nos va dando aire. Eso y el que De la Rúa suministre grandes asistencias para que nuestros interiores, Vasilije Vucetic y Nouhoum Bocoum (acabarían como máximos anotadores con 17 y 19 puntos respectivamente), anoten con comodidad. Si a ello añadimos que Mads Rasmussen clava dos triples, el resultado es que nos ponemos a dos puntos, 41-39. Pero no culminamos la remontada porque los triples lanzados por nuestros pívots no entran y además perdemos algún que otro balón con lo que al descanso llegamos rezagados, 50-40.
La segunda mitad del partido tendrá poca historia. Y eso que arranca bien, con varias recuperaciones y tres contraataques que nos acercan a un 52-46, luego de un mate de David Iriarte, pero a partir de ahí, adiós muy buenas. Ogunfolu y Epi meten una marcha más al partido. Hay un momento en el que quedamos aturdidos, sin defensa, y ellos no nos perdonan. Nos plantean una zona 2-3 para atascar aún más nuestro ataque en posicional y no hallamos respuestas. Estamos blandos en ambos aros. La brecha se va abriendo. Tras una técnica a nuestro banquillo, nos vemos diecinueve puntos abajo, 73-54. Un tiro libre de Bocoum deja el 73-55 al final del cuarto.
El último acto solo servirá para que L’Hospitalet se dé un homenaje y disfrute de lo lindo. Siguen metiéndolo casi todo, y si fallan, recogen el rebote. Tanto acierto en ataque les da alas también para defender; nos roban balones, nos taponan tiros… Hace tiempo que ya no competimos. Nos están pasando por encima de manera total y absoluta. No levantan el pie del acelerador y alcanzan los treinta puntos de renta, 98-68. Un triple final del cumpleañero Juan Torres pone el definitivo 98-71.
En fin, ha sido una mala tarde nuestra, o un gran día del Hospi, o las dos cosas a la vez. Solo cabe felicitar al rival, porque todo su equipo ha completado un fenomenal y vistoso partido.
A nosotros no nos queda otra que lamernos las heridas de este partido y ya recuperarnos anímicamente para el siguiente -sabemos que somos mejores que lo que se ha visto hoy-, que será en Larrea el próximo sábado contra el actual líder, Covirán Granada, otro histórico. Y esa será otra historia. Magnífica ocasión para recuperar sensaciones, volver a hacer grandes cosas ante nuestra gente y mantener la ilusión intacta.
1, 2, 3,… ZOR-NO-TZA!!!