NO PUDO SER
Comercial Ulsa CBC Valladolid-71; Ametx Zornotza-66 Parciales: 11-11, 21-15 (32-26); 15-20 (47-46), 24-20 (71-66) No pudo ser. Derrota y son los vallisoletanos quienes ascienden a Oro. Pero nosotros terminamos la temporada orgullosos de un equipo y una afición que se merecen todos los ascensos del mundo. Vosotros, los unos y los otros, valéis más que […]
Comercial Ulsa CBC Valladolid-71; Ametx Zornotza-66
Parciales: 11-11, 21-15 (32-26); 15-20 (47-46), 24-20 (71-66)
No pudo ser. Derrota y son los vallisoletanos quienes ascienden a Oro. Pero nosotros terminamos la temporada orgullosos de un equipo y una afición que se merecen todos los ascensos del mundo. Vosotros, los unos y los otros, valéis más que la Plata, que el Oro, sois un auténtico tesoro, y todos juntos hemos soñado a lo grande. Y lo mejor de todo es que vamos a seguir soñando, porque esta derrota, este no ascenso, no nos va a despertar. Soñar en lo impensable es el primer paso para hacer posible lo imposible.
Somos un equipo de un pequeño pueblo que se ha codeado con otros de ciudades con pasado ACB, que ha superado a algunos y ha asustado a otros. El camino hasta aquí ha estado plagado de obstáculos, de adversidades, y nadie nos ha regalado nada, pero gracias al entusiasmo, ilusión y esfuerzo de directivos, técnicos, jugadores y una afición espectacular hemos estado a punto de ascender a Oro, ¡increíble!, terminando en un histórico tercer puesto en la clasificación final. Casi nada. Como para no estar orgullosos.
Hoy se ha perdido pero se ha vuelto a pelear hasta el final, luchando contra viento y marea, contra todo y contra todos por intentar traer de nuevo la final a Larrea. El Pisuerga se llenaba como no lo hacía desde hace mucho, un entradón de cancha ACB, y allí estaba la Marea Verde, otra vez ejemplar, cargada de buen rollo y toneladas de ánimo para los suyos. Enorme el comportamiento de esta afición que ha invadido festivamente las calles de Valladolid durante todo el fin de semana. Ni se han rendido nunca, ni han dejado que el equipo se rinda. Ha habido momentos de bajón, parecía que caíamos, pero volvíamos a levantarnos al grito de ZOR-NO-TZA, ZOR-NO-TZA.
En la primera mitad los de Paco García han vuelto a llevar el partido a donde querían, a una lucha en las trincheras, mientras que a nosotros nos van más las batallas campales. Otra vez tanteos bajos, posesiones largas, tempo de juego bradicárdico, algo que nuestro organismo no digiere bien. Se nos van pronto, 9-2, y tenemos que vivir de los tiros libres. Hay miedo a fallar en ambos bandos y por eso se falla tanto. Iker Salazar y JR Cadot son nuestros paladines, ellos protagonizan rebotes, puntos y vitaminas. Remontamos y llegamos empatados a 11 al final del primer asalto.
El segundo comienza como terminó el primero, con un palmeo de Salazar. Primera ventaja verde (aunque hoy vistiéramos de blanco). Pero luego es él mismo quien pierde un tanto los nervios en discusión con los árbitros y recibe falta técnica, la cual lo llevará a estar sentado durante todo este periodo. Intercambio de canastas entre los bases; Pablo Esteban por parte local y Juanchi Orellano y Dani de la Rúa para nosotros. Vamos contestando a los intentos de arreón pucelano hasta que el combativo Daniel Astilleros y el jugón Henri Wade Chatman toman las riendas del partido, el castellano robándonos rebotes y anotando y el de Pittsburgh disfrutando como en un playground. Al descanso se llega con 32-26. Son solo seis puntos de diferencia, pero en partido de tanteo bajo esa es una brecha importante.
A la vuelta de vestuariuos los de Garita tienen claro que si quieren tener opciones han de cambiar el ritmo del partido. Si se convierte en caótico, mejor que mejor, porque del caos solemos sacar frutos. Cuatro puntos consecutivos de David Iriarte ayudan a arrancar la cuenta anotadora zornotzarra. Pero claro, en ese escenario un tío como Wade Chatman (ponga un jugón en su vida) también es un peligro y el resto del partido será el base norteamericano el que nos ha ido matando con penetraciones audaces que acabarán en varias ocasiones en 2+1. Él y la labor reboteadora del londinense Rowell Graham Bell y la brega de Astilleros. Se nos escapan, 42-32, y vivimos una crisis. Pero el equipo reacciona a tiempo; De la Rúa, Vasilije Vucetic y Cadot aúnan esfuerzos no solo para reducir la diferencia, sino que incluso para darle la vuelta al marcador. A falta de menos de dos minutos para acabar el tercer cuarto nos ponemos por delante, 45-46, tras un parcial de 3-14. Es nuestro momento. Miguel González devuelve la delantera a los locales, 47-46, para terminar así el periodo.
Comienza el último cuarto de la mejor manera posible, con un triple de Niko Skouen. Se produce un intercambio de canastas con la suerte sonriendo de nuevo a los pucelanos -esa canasta de Esteban…-, como a lo largo de toda la serie. Los mejores minutos de Graham Bell activan las alarmas del Zornotza. 57-51 a siete minutos del final. Es Tevin Falzon el que con un triple nos devuelve el resuello. Pero Wade Chatman vuelve a divertirse y eso nos hace daño y la desventaja vuelve a rozar la decena de puntos, 65-56 a dos minutos y medio del final. Los locales empiezan a rozar el Oro con la punta de los dedos, pero un triplazo de Skouen y un espectacular mate en rebote ofensivo de Cadot (igualito que otro que había hecho ya antes pero que había sido anulado por falta en ataque al apoyarse en… ¿los focos del pabellón?). A poco más de un minuto estamos vivos, 66-61. Pero Astilleros no falla sus tiros libres, luego perdemos un balón, se le señala la quinta falta a Salazar, González anota los tiros libres y a un minuto del final todo parece perdido, 70-61. Pero el Zornotza no quiere que le entierren todavía y vuelve a tirar de coraje, Cadot y Juan Torres transforman cuatro tiros libres, 70-66, menos de medio minuto por jugar. González anota un tiro libre y tendremos varios lanzamientos para volver a acercarnos, pero los erramos y la derrota se confirma con el 71-66 final.
Comercial Ulsa CBC Valladolid asciende, merecidamente porque ha sido superior a nosotros en esta serie final de playoffs. Enhorabuena y suerte en su nueva y dorada andadura.
Nosotros nos quedamos en Plata, pero ya es todo un éxito, el mayor de los triunfos, el haber llegado a esta Final, haber visto crecer la Marea Verde hasta merecer el nombre de Tsunami Verde, haber soñado y vibrado, haber convertido Amorebieta en la capital del basket no solo de Bizkaia, sino que representando a todos aquellos modestos que día a día trabajan para que el baloncesto siga creciendo y de los que normalmente nadie se acuerda, porque aquí no hay Currys ni Lebrons ni Llulls. Aquí «solo» hay amor y dedicación al más bello de los deportes. Hemos tenido nuestros momentos de gloria en estos playoffs, se ha hablado mucho de nosotros en los medios y en las redes sociales, quién sabe si pasado este electrizante mes volveremos a quedar en las sombras del olvido, pero no nos importa, seguiremos trabajando con la misma ilusión y con la misma humildad, orgullosos de haber contagiado esta «locura» a tanta y tanta gente unida por un grito:
1, 2, 3,…ZOR-NO-TZA!!!