OTRO ‘CASI SÍ PERO NO’

UBU Tizona-91; Zornotza ST-85 Parciales: 23-25, 17-19 (40-44); 23-19 (63-63), 28-22 (91-85) En Burgos llegaba la cuarta derrota de la temporada y, siguiendo el patrón de las anteriores, ésta volvía a ser por un margen escaso tras un partido igualado en el que tuvimos nuestras opciones y casi… Nada, que nos quedábamos en otro ‘casi […]

UBU Tizona-91; Zornotza ST-85
Parciales: 23-25, 17-19 (40-44); 23-19 (63-63), 28-22 (91-85)

En Burgos llegaba la cuarta derrota de la temporada y, siguiendo el patrón de las anteriores, ésta volvía a ser por un margen escaso tras un partido igualado en el que tuvimos nuestras opciones y casi… Nada, que nos quedábamos en otro ‘casi sí pero no’.
Ya sabíamos que ganar en El Plantío a un UBU Tizona que tiene un equipazo y que está realizando una campaña excelente (solo dos tropezones, ambos fuera de casa) iba a ser un reto únicamente al alcance de grandes y valientes conjuntos. Y el Zornotza lo fue este viernes; un equipo resuelto, descarado, mandón… Logramos una gran renta (29-42), pero luego se juntaron el hambre (la reacción de los burgaleses) con las ganas de comer (nuestro ya habitual atasco y desconexión) y adiós, muy buenas. Balance victorias derrotas nivelado y seguimos viviendo en la frontera que divide la A1 de la A2. Y la vida en la frontera es muy dura y peligrosa, como aquel ilustre burgalés que portaba la espada Tizona, un tal Ruy Díaz, podría explicarnos.

Pues sí, habéis leído bien: estuvimos trece puntos arriba a menos de tres minutos para el descanso. Llegamos a esa idílica situación tras diecisiete minutos de seriedad, concentración y una puntería letal desde el arco. El primer cuarto se desarrolla por senderos de igualdad –sin novedad en el frente: lo de todos los partidos en esta nivelada Conferencia Oeste-, con alternancias en el marcador, pero con un Zornotza que sumaba de tres en tres con Corey Johnson y Borja Mendia ejerciendo de principales ejecutores. Pero el cuadro local tiene hombres de calidad contrastada y aguantaban el alto ritmo verde. Con un vistoso 23-25 finaliza ese primer período.
Lo mejor para nosotros llegó en el segundo. Durante casi ocho minutos disfrutamos sobre el parqué. Al acierto exterior se une el buen hacer en la pintura de Yevgen Sakhniuk y Bakary Konate y el equipo no corre sino vuela sobre la cancha. Hemos generado algo más que dudas en tan temible adversario, al que secamos en defensa y completamos un extraordinario parcial de 6-17. Y así llegamos al esperanzador 29-42 antes mencionado. Y ahí todo cambió. El Tizona se recompone a tiempo y nos responde a la velocidad de la luz con un 11-0 que nos deja al borde del descanso en 40-42. Una última jugada perfectamente hilvanada por los verdes culmina con mate de Bakary y a vestuarios nos vamos con cuatro puntos de renta, 40-44. No solo no está nada mal, sino que está muy bien mantenernos por delante, pero nos escuece haber perdido tanto en tan poco tiempo. Y eso parece dejarnos tocados.

Tocados pero no hundidos. No, nada de eso. En el tercer cuarto es evidente que los burgaleses echan más carbón a la caldera y su intensidad aumenta varios grados. Además, en el vestuario se nos ha quedado olvidada la puntería. Nos cuesta sobremanera anotar, pero a base de brega seguimos en el partido, incluso manteniendo la delantera en el marcador, pero los síntomas de estancamiento están ahí, haciendo sonar la alarma, porque no hay fluidez en ataque y la defensa tampoco puede maniatar a unos azulones que, oh, sorpresa, descubrimos que han sido ellos los que nos han robado la puntería. A un minuto del final del cuarto las señales de alarma son mayores, 63-57, pero nos sacamos de la manga un 0-6 gracias a dos tiros libres de Raúl Frías, un triple de Emilio Martínez y otro tiro desde la línea de personal de Borja. El resultado, 63-63, es mucho mejor que las sensaciones.

Que esas sensaciones no sean buenas también es debido a que Yevgen está cargado de faltas y eso condiciona nuestro juego. Pese a estar en crisis de juego, algo desconectados y con costurones por los que se nos cuelan los locales con facilidad, seremos capaces de seguir en el partido cada vez que el rival amenace con romperlo. A cuatro minutos del final estamos rezagados 75-68. Un par de trabajadas canastas de Pol Olivier evitan la ruptura definitiva. Pero nuestra defensa zonal es demasiado estática y concede buenos tiros a los locales, que no desaprovechan tal circunstancia (81-72 a dos minutos del final). Entonces reaparece en pista Corey –en su estancia en el banquillo ha puesto a punto el fusil- y nos mantiene vivos con dos triples y dos tiros libres en un minuto para dejar el marcador en 85-80 a cincuenta segundos de la conclusión. Hay tiempo, pero ellos no fallan y prácticamente sentencian el partido. Bien es cierto que a dos segundos del final Raúl clava un triple (88-85), pero ya todo se reducirá a tiros libres de color azul para llegar al 91-85 final.

Lo dicho, diecisiete minutos de un Zornotza chispeante no han sido suficientes para hacernos acreedores a la quinta victoria. Sin los triples la vida nos es mucho más difícil y a partir de esa sequía desde el 6’75 todo ha empezado a torcerse y nuestra moral ha ido decayendo. No del todo, por supuesto, porque nuestros chicos han seguido peleando hasta el final, pero la espada Tizona es mucha Tizona y nos acabaría dando un tajo mortal que nos sitúa en esa zona de la tabla un tanto incómoda en la que cada detalle puede inclinar la balanza hacia la A1 o la A2. Ojo.

La próxima jornada también toca jugar fuera, será el domingo en Logroño contra un Clavijo que está pasando por horas muy bajas y en plena remodelación de la plantilla. Quizá eso los convierta en un rival más peligroso. A nosotros nos toca rehacernos de la derrota, estudiar la manera de evitar esos altibajos en los partidos y creer en nosotros mismos, con el convencimiento de que hay mimbres para hacer un buen (balon)cesto.

1, 2, 3,…ZOR-NO-TZA!!!