Círculo Gijón-90; Zornotza ST-72
Parciales: 23-14, 28-18 (51-32); 23-12 (74-44), 16-28 (90-72)

Tras nuestra visita a tierras asturianas, todo sigue igual. Igual de mal, o peor, porque sumamos nuestra quinta derrota consecutiva (la octava en los últimos nueve partidos para un balance de 4-8), perdemos el basket average contra un rival directo, nos seguimos hundiendo en el agujero y cada vez se complica más y más el escapar de la terrorífica A2. La orina del enfermo tiene mal color, pero todavía quedan diez jornadas de esta primera fase para hallar un antídoto que nos permita ser capaces de recuperarnos y dar la vuelta a esta situación que ya es preocupante.

En Gijón comenzábamos la segunda vuelta de esta Conferencia Oeste y pretendíamos hacer borrón y cuenta nueva con respecto a la mala racha en la que nos habíamos sumido en la recta final de la primera vuelta. Pero ya desde el salto inicial el Círculo iba a estar más vivo que nosotros y pronto, muy pronto, nos quedábamos rezagados en el marcador. Y según pasaban los minutos, todo iba a ir empeorando: nada nos salía en ataque y éramos incapaces de contener las acometidas de un equipo gijonés que estaba disfrutando de una tarde tranquila, de su partido más sencillo del curso.

Sólo seis minutos necesitaría el Círculo para alcanzar los diez puntos de renta. Empezaba a recordar aquello a lo sucedido en Azpeitia la pasada semana. El primer cuarto se despacha con un 23-14, que tampoco es que sea muy alarmante, pero lo malo es que la misma dinámica va a continuar en los siguientes dos cuartos, hasta ver cómo los locales nos iban barriendo de la cancha y el resultado se convertía en un palizón. Al descanso, 51-32, y al final del tercer cuarto un sonrojante 74-44. Éramos incapaces de competir –y no por actitud, sino porque nada nos salía y a perro flaco…- y, salvo milagro, la derrota estaba asegurada. Quedaba lavar un poco, o mucho, la imagen y tirar de pundonor en el último cuarto.

Y en eso sí que hemos cumplido. Todo invitaba a caer en el mayor de los desánimos, pero nuestros chavales han continuado peleando, y ahora ya con más chispa y mucho más acierto. En poco más de tres minutos logramos un 2-14 que cambia nuestras sensaciones (el 76-58 ya no es tan demoledor para la moral). Al buen trabajo de Yevgen Sakhniuk se unen ahora unos incisivos Raúl Frías y Emilio Martínez, y ellos, junto al siempre batallador Borja Mendia, arrastran a todo el equipo. Quizá ya sea tarde para pelear por la victoria, que lo es, pero hay que seguir por ese camino y al menos tratar de rebajar la diferencia lo más posible, recordando que en Larrea se ganó a los gijoneses por ocho puntos y que sería bueno mantener un basket average positivo. Sin embargo, nuestro arreón hace espabilar al Círculo y cortan nuestra reacción. Eso sí, no dejaremos de intentarlo y daremos la cara hasta el final. Pero la derrota estaba servida y el 90-72 final nos deja en la situación que comentábamos al principio de esta crónica.

Estamos atravesando la peor racha que somos capaces de recordar. Pero esto, en lugar de hundirnos anímicamente, debe servirnos de acicate, debe llevarnos a hacer acopio de energía y determinación para cortar la racha negativa y transformarla en otra de carácter positivo. Una victoria, eso es lo que necesitamos para empezar a enderezar el rumbo, y esa victoria podría llegar el próximo sábado en Larrea, cuando nos visitará el Ciudad de Ponferrada en el que será otro duelo entre colistas, lo que a estas alturas convierte ese choque en un asunto dramático. Pero también estimulante. Y allí os esperamos a todos, porque entre todos será más fácil -o menos difícil- salir del hoyo.

Ahora más que nunca… 1, 2, 3,…ZOR-NO-TZA!!!